En 1928, Arthur Eddington publicó su libro The Nature of the Physical World, que contribuyó a popularizar la flecha del tiempo. En él, el autor escribió:
"Dibujemos una flecha del tiempo arbitrariamente. Si al seguir su curso encontramos más y más elementos aleatorios [imprevisibles] en el estado del universo, en tal caso la flecha está apuntando [del pasado] al futuro; si, por el contrario, el elemento aleatorio disminuye [mas previsible], la flecha apuntará [del futuro] al pasado. He aquí la única distinción admitida por la física. Esto se sigue necesariamente de nuestra argumentación principal: la introducción de aleatoriedad es la única cosa que no puede ser deshecha. Emplearé la expresión “flecha del tiempo” para describir esta propiedad unidireccional [irreversible] del tiempo que no tiene su par en el espacio".
Eddington, por lo tanto, señala tres puntos distintivos de esta flecha:
- Es vívidamente reconocida por la conciencia.
- Es igualmente exigida por la razón, que nos informa de que una flecha reversible sería un absurdo.
- La flecha del tiempo no viene recogida en la ciencia física, salvo en el estudio de la organización de fenómenos determinados.
Así pues, de acuerdo con Eddington, la flecha del tiempo indica la dirección del incremento progresivo del elemento aleatorio. Siguiendo un antiguo argumento de la termodinámica, Eddington concluye que en lo que respecta a la ciencia física, la flecha del tiempo es una propiedad exclusiva de la entropía [en dos direcciones posibles].
NOTA: Los conceptos entre corchetes son introducidos por Sibilia.
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